No Bailes Sola (NSM25)

Una sonrisa tras una larga pausa es como el primer sorbo de agua mineral fría en pleno calor de julio. Al principio resulta extraño, pero luego es tan delicioso que ya no puedes parar. Los pasos de baile se encadenan unos tras otros, mientras la ciudad parece detenerse y dejar espacio solo para la música. Aquí no hay lugar para la soledad: incluso si vienes sola, el ritmo siempre encuentra una pareja, ya sea en el reflejo de un escaparate o en una mano extendida al azar con una sonrisa.

Un poco de drama, un poco de romanticismo atrevido, y todo ello con la playa, las fiestas y las conversaciones en las historias como telón de fondo. En cada línea hay un insistente «no bailes sola», como si fuera la ley principal de la vida, cuando hay tanta luz y calor a tu alrededor. Y aunque alguna vez intentaron robarte el corazón, ahora solo responde al bajo y a la risa que se disuelve en la música.