Descripción
Primero suena la sirena, y enseguida queda claro que no hay nada bueno que esperar. Una voz, sin emoción, anuncia la autodestrucción, como en una película de catástrofes, donde los espectadores saben que los héroes no lograrán salir ilesos del fuego. Luego todo se convierte en un ritmo frenético, como el corazón en un momento de pánico: «heat, heat, heat» se repite, como si el calor de la ciudad pulsara en las sienes.
Y hay un extraño placer en ello: el apocalipsis se convierte en una pista de baile. Los monstruos han tomado las calles, pero los pies marcan el ritmo y la voz de los altavoces ya no parece amenazante, sino más bien estimulante. El resultado es una mezcla de terror y discoteca, donde la evacuación se asemeja más a una fiesta en los últimos minutos de luz.
Letra y traducción
Esta canción es instrumental.