heartbreaker

A veces, las distancias parecen una broma de mal gusto. Parece que los kilómetros son solo números en un mapa, pero en realidad se convierten en todo un drama con el techo como interlocutor y diálogos internos que nunca salvan tanto como un simple «hola» por teléfono. Pero aquí hay un truco: un solo mensaje puede sacarte del pozo más oscuro y devolverte la sonrisa más rápido que cualquier medicina.

Y aunque el viejo coche apenas avance por la carretera y la cuenta bancaria suspire modestamente tras otro capricho, todo eso pierde sentido cuando delante te esperan unos ojos en los que se disipa el cansancio. El mundo se vuelve inmediatamente más sencillo: hay un camino, hay música en los altavoces y hay una promesa de encuentro. Todo lo demás se puede dejar atrás, que nos alcance si quiere.