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Descripción
Suena como el diario de una resaca después de una noche demasiado ruidosa. Entre líneas se percibe el resentimiento por la traición, la envidia por las fiestas y el humo, y el cansancio de los interminables «hasta mañana». A su alrededor destellan sonrisas ajenas, llamadas y tentaciones, pero en lugar de romanticismo solo queda una cama vacía y un estribillo repetitivo, como un mantra para aquellos que intentan ahogar su corazón con alcohol y el ruido de las discotecas.
Honestidad un poco burda, un poco de ironía y esa vulnerabilidad que siempre se esconde detrás de la música alta y la frase «ya no me hables».
Letra y traducción
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