dont wait run fast

Velocidad, humo de cigarrillos y la sensación de que el mundo entero es una carretera infinita, donde las reglas solo existen para ser infringidas. Aquí no hay oraciones que salven, ni diamantes de oro que reparen las grietas, solo brillantes destellos de adrenalina y la costumbre de acelerar al máximo. Todo suena como el manifiesto de aquellos que no saben seguir las normas: se puede caer, pero desde luego no «en línea». Y en esta carrera a través del caos, el único consejo es sencillo: corre rápido mientras tengas la oportunidad y no malgastes palabras donde la mirada dice más que las palabras.