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Descripción
La ciudad siempre está en movimiento, como un motor sin pausa: las calles humean por el caucho y los susurros sobre aquellos a los que hay que «freír». Aquí, el lujo convive con la paranoia: bolsos Birkin y McLaren se mezclan con susurros sobre micrófonos ocultos en los teléfonos y botones blindados en las armas. Risas entre el humo de las sirenas, sirope caro en un vaso, cruces más caras que el alquiler y la sensación de que el tiempo no cura, solo echa más leña al fuego. Todo es ruidoso, descarado y dolorosamente real: la vida es como una carrera sin frenos, en la que hay que mantener el primer puesto cada día.
Letra y traducción
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