Doll

Como un juguete en manos ajenas: brillante, pero con grietas en su interior. Aquí, la delicadeza se entrelaza con la dureza, y la confianza suena casi como un desafío: toma todo, rompe, presiona más fuerte. Hay en ello tanto juego como una belleza peligrosa, como si alguien se jugara voluntariamente el todo por el todo, sabiendo que el resultado está decidido de antemano. Y cuando la tensión alcanza su punto álgido, de repente se oye un seco «deje un mensaje», como si la realidad guiñara el ojo, recordándonos que, por mucho drama que haya, la vida siempre activará el contestador automático.