Heartbroken Hallelujah

El dolor en esta canción no se esconde tras palabras bonitas: es intenso, pesado, casi tangible físicamente. Pero a través de él se abre paso algo silencioso y obstinado: una petición no de una salvación milagrosa, sino simplemente de presencia, de que alguien esté cerca para soportar juntos esta tormenta.

Aquí, la soledad y la fe bailan un extraño vals: a veces parecen enemigos, pero de repente te das cuenta de que sin uno no podrías ver al otro. Y en el contexto de esta lucha nace el reconocimiento más frágil, pero también el más fuerte: un «aleluya» «roto» que suena mucho más sincero que cualquier triunfo.