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Descripción
Una ternura cruda: así suena esta historia. Por un lado, balas, multitudes, riesgo a cada paso. Por otro, un cálido «mamá, vete a dormir», como si detrás de toda la bravuconería se escondiera el miedo habitual de un niño por aquellos que le esperan en casa. Aquí la calle habla en voz alta: sobre las heridas, la sal en ellas, sobre la juventud que no coincidió en absoluto con los sueños. Pero en estas líneas no hay autocompasión, solo un obstinado «volveré». La música se convierte en un escudo: brusca, directa, pero con un destello de esa misma verdad que solo se oye en la voz de las calles.
Letra y traducción
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