Баланс

Equilibrio: una palabra que suena sencilla, pero que resulta difícil de alcanzar. Aquí está el humo de los cigarrillos del estudio, el hambre del artista y los recuerdos, que pesan más que cualquier deuda. Entre la caída y el ascenso hay un camino estrecho en el que es fácil perder el equilibrio: un barrio se derrumba, la fe se apaga, una llamada recuerda que las calles no perdonan los errores. Pero, aun así, la música nace y en ella, en lugar de excusas, suena la honestidad. El equilibrio aquí no es una fórmula ideal, sino un péndulo eterno: ora se inclina hacia el dolor, ora hacia la luz y la gratitud.