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Descripción
La sensación de que la soledad no es un estado de ánimo, sino un olor. Tan penetrante como el detergente en polvo, del que se ha abusado, y ahora incluso el jersey susurra melancolía en el frío. La multitud, el mar, las propias sábanas... todo se vuelve agobiante, porque te persigue por todas partes y se sienta a tu lado sin invitación. La canción suena como una confesión de que esconderse es inútil: las máscaras se caen, las sonrisas no salvan, y el hambre interior raspa las paredes desde dentro. La ironía es que, aunque no se diga nada, la gente parece «intuirlo» de todos modos: en la cara, en el modo de andar, en el aroma del café. El resultado es el retrato de un compañero tierno pero despiadado, que va comiendo poco a poco hasta que solo queda la música para acallar un poco el silencio.
Voz: Bella Kay
Productor: Michael Keenan
Desconocido: Jason Blakerby
Masterización, mezcla: Michael Keenan
Autor: Bella Kay
Letra y traducción
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