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Descripción
Algunas puertas, por mucho que quieras, no se vuelven a abrir. Incluso si te paras frente a ellos con los ojos húmedos y una tercera copa de vino. A veces dices “adiós” y piensas que es temporal. Y luego bam, y nadie espera, ni escribe, ni revisa el teléfono a la 1:14 am.
En esta canción no hay lugar para el llanto en el contestador automático. Sólo un punto seco y claro. Un punto con un pequeño eco de dolor y un gran sentido de autoestima. Porque si uno se va, el segundo tiene todo el derecho a no dejarle volver. Incluso si realmente quisiera hacerlo en algún momento.
Letra y traducción
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